Casa Roshell
Entrevista a Roshell Terranova
Platicamos con Roshell Terranova, fundadora de Casa Club Roshell, acerca de sus incursiones en el arte, el activismo y el espectáculo nocturno. Con fotografías de Luis Antonio Rojas y stills del filme que dedicó Camila José Donoso a este espacio en 2017, buscamos generar un diálogo con las memorias de comunidades sexodiversas que han formulado otras visualidades en torno al cuerpo, la imagen, el deseo y la performatividad en México.
PICS: ¿Cómo surge Casa Club Roshell?
Roshell Terranova (RT): Surge de la necesidad de una población. En ese entonces, hace diecisiete años, estaba involucrada en la esfera del espectáculo y la actuación, y ávida de tener un espacio. Cuando hice mi transición hubiera querido un lugar como éste. La gente se empezó a acercar a mí porque tenía salones de belleza y en una de ellas, llegaban con el ansia de saber más acerca de mi proceso de transición. En ese contexto, me empezaron a pedir consejos sobre cuestiones hormonales, de maquillaje y de problemas que les ocurrían en casa. Hice talleres y cursos, puse lockers en la estética para que la gente guardara cosas relativas a sus procesos identitarios. A través del activismo, buscamos cómo ayudar a estas poblaciones de manera psicológica y médica, contactando a un endocrinólogo para guiarlas en su transición y generando asesoría legal para quienes habían sido o eran violentadas. Así se fue consolidando hasta estos últimos años, Casa de Cultura Roshell, un lugar para la diversidad. Actualmente tenemos conversaciones, taller, eventos, proyecciones de películas, shows, cócteles, hacemos de todo.
PICS: ¿En qué lugar surgió el salón de belleza antes de ubicarse en la colonia Álamos?
RT: Al inicio el lugar se llamaba El lugar Roshell y se ubicaba en la colonia Lorenzo Boturini. En la parte de abajo estaba la estética y en el primer piso comenzó a conformarse El lugar.
PICS: El salón de belleza representa un lugar importante en la cultura de la diversidad sexual en México por el culto y la reformulación de la belleza, así como por ser un espacio de socialización para comunidades sexodiversas. Las estéticas fueron, además, un lugar de circulación de información y afecto durante la crisis del VIH. ¿Nos puedes contar más acerca de la potencia de estos lugares?
RT: Históricamente las mujeres trans hemos tenido pocos espacios donde trabajar. Siempre nos hemos tenido que autoemplear en la moda y el estilismo, ser showseras, cabareteras, trabajadoras sexuales. Entonces, la estética siempre ha sido nuestra fuente de trabajo porque nos tenemos que sostener para sobrevivir. Por eso se han gestado muchas historias.
Los salones de belleza han sido una trinchera de refugio para nosotras
Durante mis más de 25 años que llevo como profesional en la cultura de la belleza, he comprobado que estos lugares han sido trinchera y refugio. Aún en este momento que tenemos cambios legales en la Ciudad de México a favor de la no discriminación y la posibilidad de tu cambio de nombre, aun así, seguimos relegadas a trabajar en esto. Podemos insertarnos en el sector laboral como cualquier ciudadano, pero no es tan fácil porque hay tabús. En otros casos y a causa de la exclusión social, no es posible acceder a una formación educativa, ya no digas universitaria. Hemos buscado siempre el sobrevivir desde la trinchera, y esa ha sido el salón de belleza.
Roshell Terranova por Luis Antonio Rojas, 25 de junio de 2019
PICS: ¿De cuáles imágenes aprendiste el culto a la belleza? ¿Quiénes eran en ese entonces, las figuras que te inspiraban por su imagen y actitud?
RT: Uno de mis dones entre muchos que tengo, es la habilidad de la belleza. Una nace con ella. Antes de estudiar ya cortaba el cabello porque era algo intuitivito, le decía a mi hermana “Si te gusta ese corte de cabello que ves en la tele, te lo voy a hacer”. Me mandaron a estudiar a los 12 años, la primera vez, al Instituto Universal, luego seguí con mi vida académica porque tuve la suerte de ser apoyada por mi familia, llegué hasta la licenciatura en Publicidad, luego a la maestría en Cultura de Belleza y terminé en arte dramático.
Nací con la habilidad de la belleza
Cuando ejercí como publicista y tuve que salirme del sector laboral por no poder hacer mi transición ahí, decidí abrir una estética. El culto a la belleza me ha mantenido y permitido hacer lo que quiero. Estrellas como Silvia Pinal y Angélica María forman parte de mi época, yo quería hacer también una actuación estelar e interpretar papeles de los años setenta a los noventa. Por eso tengo mi escenario, donde puedo seguir cantando desde mi trinchera, que es Casa Club Roshell. De la actuación me interesa también su incidencia en los derechos, hago un tipo de cabaret en el que abordo nuestra problemática, quiénes somos, cómo nos movemos y cómo subsistimos en el mundo las comunidades trans, travestis, y diversas.
Álbum de recortes de Roshell Terranova, donde se aprecian diferentes apariciones y actuaciones de la actriz Angélica María
PICS: Hablas de la actuación como un escenario político y activista. En los años ochenta emerge en la Ciudad de México un teatro de militancia homosexual-gay, cobran relevancia las puestas en escena de José Antonio Alcaraz, Nancy Cárdenas, Juan Jacobo Hernández y Tito Vasconcelos. ¿Qué eco tuvo esa atmósfera en tus proyectos?
RT: Esa escena fue un descubrimiento en un contexto donde no había información. Salí del clóset para decirme a mí misma que era un chico gay, posteriormente me di cuenta de que era trans y que tenía que salir nuevamente del clóset.
Me di cuenta de que era trans y que tenía que salir del clóset de lo gay
A finales de los años ochenta hacía teatro travesti. Tenía 18 años. Mi pareja de entonces y yo estudiábamos baile y lo convencí de audicionar para el Magic Travesti Show. Nos contrataron para interpretar travestis. Estuvimos de gira por los teatros de la República mexicana, pero a la par hacíamos teatro infantil. En ese entonces yo debuté junto a María Victoria en una puesta en escena donde interpretaba por las mañanas a un príncipe. ¡Era una locura!
En aquel momento estalló nuestra primera marcha homosexual, era el 79. Aún no estaba insertada en el activismo, estaba subsistiendo. Muchas habíamos salido de casa de nuestros padres por diversas razones. Mi pareja y yo para buscar independencia. Vimos cómo nuestro movimiento se empezó a gestar. A la par empecé mi transición.
PICS: ¿Cómo eran entonces los shows travestis? ¿Se inspiraban en la escena norteamericana o apostaban por la reinterpretación de figuras y tramas locales?
RT: Todo eso hacíamos, esa época fue un preámbulo para lo que después realizó Francis en los noventa. Había grupos de show como el de Carlos Navarrete. Hacíamos cabaret y también teatro nocturno, tuvimos mucho trabajo. Interpretábamos a diversas actrices. Yo hacía a María Victoria y María del Sol, y en el elenco estaba Angélica María, interpretada por mi pareja. Estaba Vickki Carr y otras más en el show. Ahora en Casa Roshell hacemos un Roshell Travesti Race con varios chiques inscritos. Hay muchas carreras drags pero queremos rescatar la parte del travesti tradicional, su dimensión artística.
PICS: Recientemente en México la cultura drag imita a personajes de Estados Unidos o crea personajes propios, mientras que en los años ochenta estaba presente un humor local que jugaba con la interpretación de cantantes y actrices mexicanas…
RT: Todavía sucede ese show tradicional en los antros, Katia Balmore y Ricky Lips que siguen recreando actrices y artistas de la industria del espectáculo. Cuando empezaba Casa Roshell, manejaba yo un club que se llamaba Estrellas y promocionaba sus espectáculos para fiestas de cumpleaños. Quien se interesaba en éste, preguntaba en la estética. No descarto generar nuevamente un equipo e ir a trabajar para la gente. Es otra forma de darnos trabajo a nosotres mismos.
PICS: Durante los años setenta y ochenta se generó cierta conciencia política dentro de las comunidades sexodiversas en México y también un entorno visual que reclamaba su existencia frente a otros grupos sociales. En ese sentido, La Casa de la Mema es un referente de espacios que permitieron la vida trans y travesti, en este caso desde ciudad Neza, en el Estado de México. ¿Qué significa para Casa Roshell, la casa que impulsó Gerardo Ortega?
RT: Claramente es un precedente para Casa Roshell, obviamente con otro tipo de concepto e intención porque La Casa de la Mema era un refugio, un hogar para personas que habían sido corridas por sus familias sanguíneas a causa de sus vidas afectivas, preferencias e identidades. Ya estando con tu nueva familia podías fiestear, travestirte, tener affairs como todo ser humano. Es muy importante que hayan surgido estos movimientos de liberación sexual dentro del Movimiento de Liberación Homosexual (MLH) porque son los cimientos del presente.
Con tu nueva familia podías fiestear, travestirte, tener affairs como todo ser humano
Hay en ocasiones un choque generacional entre la vieja guardia de activistas con las juventudes que luchan actualmente por los derechos de las comunidades LGBTTTIQ. Se discute la falta de conocimiento de la historia previa, así que transmitir nuestras memorias es importante. Hay varios jóvenes activistas que están tomando la estafeta; por mi parte, he ido a dialogar con ellxs e invitarles a conversar en Casa Roshell para informarnos, porque de todo se aprende.
Stills del filme Casa Roshell (2017) de Camila José Donoso
PICS: Hay nombres y esfuerzos que permanecen activos y que conocemos por sus luchas singulares y colectivas en favor de las comunidades sexodiversas. Figuras como Samantha Flores han emergido nuevamente. Otros se han olvidado por la desmemoria colectiva o por la exclusión de ciertas memorias que sistémicamente quedan fuera de lo que la sociedad considera relevante. ¿Cuáles nombres hay que volver a nombrar?
RT: Hay varios nombres que no quedan en la historia, pero que una debe reconocer. A mí me gusta mucho el trabajo que hace Alonso Hernández, que mucha gente no conoce. Murió el año anterior, un señor llamado Manolo Vázquez, trabajaba conmigo cuando debuté, él hacía de la Irma Serrano y hacía activismo defendiendo a las débiles. Podía madrearse a algún fulano que se atreviera a violentar a alguna de nosotras. Emma Yessica Duvali ha vivido en carne propia ir a los separos y ser rapada, ser extorsionada por servidores públicos. Y sigue en pie.
Cuando era niño crecí viendo en la prensa amarillista cómo nos representaban como “mujercitos”, criminalizándonos por nuestra apariencia y convirtiéndonos en monstruos. Cuando conozco a Jessica Muriel empiezo a ver que la transexualidad tiene otro matiz, no nada más el sórdido y violento. Cambió mi percepción y se abrieron otras posibilidades.
Actualmente escribo un libro sobre Casa Roshell
En mi libro cuento que la primera vez que veo a un hombre travestido es en la película La tia de las muchachas, de Miguel Herrera. Hago un recorrido hasta llegar al Lugar sin limites, donde se ve por primera vez la violencia que la sociedad ejerce sobre nosotrxs.
PICS: ¿Qué significaba para la comunidad trans de ese entonces la figura de Xóchitl?
RT: A Xóchitl le conocí en el 9. Llegaba ahí con Nana y su séquito. Todos se hacían a un lado y aparecía el halo porque había llegado la Reina Cabrona. ¡Y aguas! porque si la ves mal te madrea. Lo que la gente cuenta es que era un hombre asalariado que trabajaba para el gobierno, que se logró relacionar tanto con la política como con el jet set mexicano. De ahí obtenía favores que devolvía con su séquito de belleza… un secreto a voces que al politiquillo le gusten las construidas, las mujeres trans.
PICS: Cambiando de contexto, ¿cómo impactó la crisis del sida en los activismos de comunidades sexodiversas?
RT: Dentro de nuestra comunidad significó revalorar cómo estábamos viviendo. Ya no podía seguir la vida loca y libre, porque también estábamos ejerciendo la libertad sexual por completo. La cultura de la prevención fue ganando importancia, ahora ya es como un panfletillo: cuídate y hazlo con condón, todos los sabemos. También lo que provocó la aparición del sida, fue atraer otro estigma hacia nosotrxs. Desde la religión se veía como un síntoma de pecado y maldad, de cosechar lo que se sembró. Tuvimos que volver a trabajar comunitariamente para quitar estigmas. Del por qué el VIH y el sida atacó tanto a la población LGBTTTIQ, hay versiones y versiones.
La aparición del sida atrajo otro estigma hacia nosotrxs
PICS: Partiendo del lugar que tuvo la prensa y el cine en la creación de estigmas, ¿nos puedes contar de tu participación en la película de 1986, Casos de Alarma! I: SIDA?
RT: Fue una película muy taquillera, venía del mood de las ficheras. Se convirtió en un éxito taquillero: presentar el sida a través del amarillismo, retomando los famosos Casos de Alarma! Los productores buscaban popularidad, obviamente querían vender. La historia era zonza porque era de un hombre mayor y un jovencito que tuvieron su relación, con moralejas sobre la promiscuidad. Nuestra participación fue presentar el Reality Travesti Show dentro de la película. El productor buscaba revelar nuestra identidad como hombres, no nos permitieron maquillarnos como drags para que se viera que no estábamos acuerpadas, porque ya sabes cintura de 60 pero espalda gruesa. Realmente todo fue estigma.
PICS: ¿Por quiénes estaba conformado el club travesti Reality Magic?
RT: Estaban Manolo Vázquez, Ari, una chica que posteriormente transicionó, Eduardo Montes, y Carlos Navarrete, bailarín y coreógrafo de muchos musicales. Teníamos como seis bailarines. El productor era el esposo de Nati Mistral.
PICS: En el presente, ¿cuáles son las actividades principales de Casa Club Roshell?
RT: Formamos parte de la Coalición Nacional LGBTTTI, en constante comunicación con la Secretaría de Salud, porque nadie sabe nuestras necesidades mejor que nosotras.
En Casa Club Roshell siempre ha existido espacio para el acompañamiento
Llega gente muy conflictuada y hay que estar platicando con ella durante algún tiempo, acompañar psicológica y afectivamente. Me doy el tiempo. Si viene el hombre que se trasviste y quiere que la mujer lo comprenda, hablo desde mi historia y desde un panorama de normalidad. Este lugar está abierto para todo mundo, pero nosotras somos especialistas en la gente de clóset. Contar con este espacio significa para muchos una válvula de escape, como bien lo dice el actual Subsecretario de Derechos Humanos, Jaime Morales, quien ha visto de cuerpo presente de qué manera incidimos en la población. Si llega un hombre cansado de su vida, de la derrota y el trabajo, puede entrar al vestidor y salir como una mujer empoderada para vivir su momento. Es la parte que me deja más satisfecha. También tener un diálogo con los familiares de nuestros visitantes, porque hay gente que llega aquí a punto de quitarse la vida porque quiere transitar de género y no puede. Siempre digo que se puede, ahí está Felicia Garza, quien durante muchos años formó parte de mi casa, desde un entorno privado. Hicimos amistad y todo. Entonces nunca es tarde, por eso siempre estamos incentivando a que la gente se desarrolle, que tenga una vida plena, que no acumule frustración, porque si no va a transicionar, aquí lo vive.
PICS: Nos cuentas de Casa Club Roshell como un espacio donde el goce y la experimentación con el cuerpo, su imagen y apariencia busca reivindicarse públicamente desde lo íntimo. ¿Qué están planeando actualmente?
RT: Tenemos la Roshell Travesti Race, un certamen para que la gente se involucre con el escenario y gane experiencia. La carrera sucede por la necesidad que muchas tienen de contar con un espacio que les permita despegar. No hay una fiesta de jotas en la que una no interprete a alguien. Para ese gusanillo que tenemos en toda la comunidad de asumirse en el escenario, está Casa Club Roshell. También hay comunidades que se identifican como no binarias, que han presentado sus talleres de cabaret en vinculación con el Centro Cultural Border.
PICS: Estás trabajando en un libro, ¿de qué va y cuándo podremos tenerlo?
RT: No ha quedado porque siempre me acuerdo de otra cosa. Estoy como “híjole, olvidé que de joven hacia fotonovelas”. Actué en Los adolescentes y salí medio encueradín a los 17 años. Era un panfleto medio sexy. La historia en la que participé se llamaba “La viciosa”.
Tan sólo de fotos puedo hacer un libro entero
Mi libro cuenta también, la historia de Casa Club Roshell. Hablo de cómo ha sido mi vida desde la infancia, pero sobre todo de cuál es la historia LGBTTTIQ que yo he vivido. Camila Donoso, quien produjo el filme Casa Club Roshell, también está haciendo un libro, y Rosa Marta, una etnóloga, está haciendo otro. Por mi parte, puedo sacar el libro sin avisar nada.
Roshell Terranova por Luis Antonio Rojas, 25 de junio de 2019
Roshell Terranova (Ciudad de México) Fundadora de Casa Club Roshell, se ha dedicado a la industria del espectáculo y la belleza. Ha participado como actriz en diversas puestas teatrales, televisivas y cinematográficas, y como
activista en diversas iniciativas gubernamentales y civiles enfocadas a la reivindicación de los derechos de comunidades travestis, transexuales y transgénero en México.
clubroshell.com
@clubroshell
@roshellterranova
Luis Antonio Rojas (Aguascalientes, 1993) Su interés se centra en proyectos documentales que abordan diversas narrativas visuales. Hace uso de la fotografía como medio predilecto para comunicar historias socialmente relevantes.
Sus relatos se aproximan a temas relacionados con fenómenos urbanos, redes globales y huellas locales en un contexto latinoamericano.
luisantoniorojas.com
@luis.antonio.rojas