Despatarrados sobre el sillón, alienados a la improductividad y normalmente censurados por el escrutinio moral del rendimiento económico, el segundo número de Fluido acurruca a sus baquetones y los mece en la cuna de la procrastinación, son hobby horses, por supuesto, amantes de perder tiempo y dinero. Artistas visuales, fotógrafxs, poetxs, escritorxs, editorxs y colectivxs cruzan saberes para crear aproximaciones a la idea del “encierro forzado”, éste que por la pandemia del Covid-19 nos mantiene materializados en megas, pixeles y aplicaciones, ahora más precarizados.

Del periodo de espera gestacional de la artista Jocelyn Allen durante la contingencia sanitaria en Reino Unido, la mirada curiosa que atraviesa la ventana derecha del taxi de Oscar Fernando Gómez, cómo hacer un personaje gráfico para fanzine con herramientas sencillas en casa, la “estetización del infortunio” que Iván Ortega López crítica a partir de prácticas artísticas que giran en torno de lo relegado en comunión con la acción política del Colectivo Las Niñas, a la creación de bichos SARS con materiales caseros del artista Santiago Muedano y los proyectos de Norma Sandoval y Reynel Ortiz, entre muchos otros apuntes alrededor del encierro, Fluido propone otras formas de sobrellevar la contingencia sanitaria desabrazándonos, y cobijándonos en las nuevas experiencias subjetivas que arroja la incertidumbre.

Rodrigo Castillo, editor invitado (Ciudad de México, 1982).
Escritor. Ha publicado una buena cantidad de libros y editado y dirigido por lo menos seis revistas. Su editorial es La Dulce Ciencia Ediciones.

@roderic_iii